APRENDER A MIRAR

 

Buscar un nombre para un proyecto profesional es muy difícil, y quién os diga lo contrario miente.

En mi caso, tenía claro que mi emprendimiento se centraría en temas de igualdad. Sin embargo, quería buscar un nombre que representara mi visión de este concepto tan amplio.

"En evolución constante"

A lo largo de mi experiencia profesional he ido comprendiendo que estamos en evolución constante, que estamos en un proceso de transformación continua, que conocemos cómo empieza, aunque desconocemos cómo acabará.

Y que en este camino de transformación que vivimos, la vida nos plantea retos, crisis o simplemente oportunidades que debemos abordar, ¿cómo? Pues depende… de la situación, el momento, las épocas vitales… sin embargo, para salir airosa de estas situaciones hay que tirar de creatividad y confianza en una misma. Creatividad para solucionar las situaciones y confianza en los resultados.

Aprender a escuchar, empatizar y comprender es algo en lo que había sido educada; sin embargo, hacerlo sin juzgar, intentando comprender a mi interlocutor/a desde un punto de vista libre de prejuicios, estereotipos y roles de género… es un aspecto que he trabajado, y aunque he recorrido mucho camino, sigo profundizando en ello.

Así pues, después de toda esta trayectoria, me di cuenta que realmente, lo que pretendía era ayudar a las personas a incorporar la perspectiva de género en su vida personal y profesional. Y para ello, se necesita mirar la vida desde otro punto de vista, desde otra perspectiva. Y no de cualquier manera, sino con gafas violeta que detecten la igualdad y la discriminación. 

Y así es la como PERSPECTIVA VIOLETA llegó a mí vida.